domingo, 22 de enero de 2012

Estela de Luz vs. Monumento a la Revolución, México D.F.

Alejandro Leal

Casi todos los aciertos de la restauración del Monumento a la Revolución y la contundente intervención urbana en la plaza de la República son los desaciertos de la Estela de Luz y la intervención urbana en ¿el paradero de Chapultepec?

Si bien la Estela de Luz es una hermosa pieza de ingeniería y un extraño pero hermoso objeto arquitectónico al final de cuentas, después de haber ido a visitarla uno se queda con un sin sabor que me hace pensar en los aciertos del Monumento a la Revolución.
Más allá, de que un proyecto sea hijo de un gobierno local y otro de un gobierno federal, más allá de que uno sea  fruto del PRDismo Ebrardiano y el otro del Panismo Calderonista. Más allá, del tema/no tema: bicentenario, centenario. De un concurso y una falta de este. De la persistente corrupción. Hay cosas que decir sobre tan emblemático proyecto.

A diferencia de que en el Monumento a la Revolución hay una gran plaza pública con un proyecto de ciudad (plaza, calles, ejes urbanos, uso de suelo, vialidades, vegetación, infraestructura, hitos urbanos, agua, relación de la plaza con sigo misma y con la ciudad) en la Estela esta funciona como un agregado más en un nodo de por sí ya complejo y mal solucionado donde no aporta nada a lo existente más que su sola presencia material. La circulación precaria y mal resuelta de peatones entre Polanco y Condesa sigue igual. La lanzadera (donde guardan los camiones en un paradero) del paradero de Chapultepec sigue igual e inclusive castigada por el monumento. Es decir, entre sí  no guardan ninguna relación, uno hace como que el otro no existe. El viejo edificio de Salubridad sigue ahí de la misma manera, con todo y que la plaza y escalinata se abre al edificio hay una calle que corta cualquier relación entre uno y el otro. Calle por la cual pasan los camiones para entrar a la lanzadera, por lo que es una calle bastante castigada y desagradable. La hermosa y majestuosa puerta de los Leones sigue ahí de la misma forma.  Lo que es algo bueno de alguna manera  pero a la vez está mal en el sentido de que niega a su nuevo vecino. Como se ven en las fotos los ambulantes ya regresaron y con todo y que se techo una parte del deprimido de Lieja el paso y comunicación hacia el gran camellón del paseo de la Reforma es difícil y no inmediato. Además en esa parte esta partido en dos el paseo de la Reforma por una reja. Así que no se puede cruzar al otro lado de manera superficial más que por un deprimido peatonal que es el único paso peatonal entre todo Polanco y la zona de la Condesa. Paso peatonal invadido por locales comerciales y en las horas pico por más ambulantes.

Cuando uno se aproxima a la Estela descubre una escalinata que baja al pie de la misma. Abajo al final de las escalinatas existe un espacio techado tipo área de exhibición que aún se encuentra vacío y que no se sabe que albergara. Digo, por mucho que albergue algo interesante la verdad es que una vez abajo no hay nada que hacer, ni para donde ir. Se me ocurre que si se hubiera podido cruzar Reforma y que uno pudiera pasar por el monumento en el día a día durante la rutina cotidiana eso sí hubiera sido otra cosa. No sé qué paso, al parecer le proyecto original era mucho más ambicioso. No sé si incluía ese paso al otro lado. Solución elemental para dotar una razón de de ser al monumento y al intervención urbana. Pero como no se llega a nada no parece pasar nada. O ya por lo menos haber entrado a Chapultepec o haber hecho una especie de gran vestíbulo exterior previo a la puerta de los Leones. Al final es norma que un espacio urbano así generalmente acabe descuidado y lleno de basura. Tema que fue  bien resuelto en el Monumento a la Revolución. Uno va a ver el Monumento, a caminar en la plaza, disfrutar la fuente y una vez ahí tiene dos opciones, subir al mirador o entrar al museo de la Revolución. Es decir, hay un valor agregado más allá de la mera contemplación. Y que funciona inclusive comercialmente. Otra hubiera sido la historia si la Estela de luz fuera un mirador urbano, destino nuevo para el Turibus y para los turistas que vienen pocos días a la ciudad. Además de una fuente de ingresos para mantener y seguir arreglando esa parte de la ciudad. Clave importantísima en los monumentos del siglo XXI, si es que los hay. Así pues en este monumento lo más criticable sería que no cuajo en sentido urbano, pero tampoco como “monumento” pues su belleza y proeza estructural no sobrellevan su sin sentido.


















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